De dónde vienen nuestras nuevas Lupitas

Las modelos para el encuentro en Casa Talavera provienen del taller del maestro Carlos Derramadero, ubicado en Celaya, Guanajuato. 
Celaya, es una ciudad conocida como “la puerta de oro del Bajío” sobrenombre que le fue impuesto luego de un gran auge en lo industrial, agrícola, ganadero y comercial. Allí llegaron a existir en otro tiempo más de treinta talleres artesanales administrados por familias que elaboraban figuras de cartón, hoja de lata, madera y barro bruñido.
Con el paso de los años la situación comercial de la ciudad cambió, y muchos de esos talleres perdieron su apogeo.
Hoy, lejos parece estar ese escenario descrito por Rubín de la Borbolla, en su texto Las Artes Populares Guanajuatenses (1961).  Allí describía a la ciudad como “centro comercial del juguete” donde muchos llegaban a vender sus productos desde otros poblados de la región. El autor habla asimismo de la importancia del consumo local, pero también del alto nivel de ventas en especial en fiestas como la de Corpus, Navidad o día de Reyes.



Tianguis en la Plaza de la Cruz, óleo de Luis Valentín.

Al modificarse las condiciones económicas, miembros de esas familias se mudaron a esta capital mientras que otros se dedicaron a diferentes oficios. Y, a pesar del afán y del entusiasmo de los artesanos que quedaron activos, los productos tradicionales están desapareciendo.
El maestro Derramadero comentó que las artesanías  de Celaya tienen que exhibirse en otras ciudades como Guanajuato o San Miguel de Allende para que puedan ser apreciadas por potenciales compradores, en mayoría de origen extranjero.
El artesano relató además que las nuevas generaciones se ven obligadas a buscar empleos mejor remunerados sin continuar el legado  de sus padres y abuelos. Pero el presente, en constante cambio, requiere de testimonios de la memoria y del pasado reciente. Los objetos, tradiciones y costumbres -como las "Lupitas"- pueden volverse un puente; un medio, en la construcción de nuestra identidad. Ya sea en imagen convencional o en versiones contemporáneas, las Lupitas cumplen con la función de ser testimonios de aquel tiempo y del nuestro.
Como artesanos entonces, volveremos a la obra y en un ejercicio de viva imaginación y de juego, reviviremos y reescribiremos nuestra historia.




Lee PROXIMAMENTE en este blog...
Los maestros cartoneros.
La cartonería y el calendario.