Historias de muñecas. Historias de mujeres en la ciudad de México


Innevitablemente, la gran mayoría de las mujeres tuvimos entre nuestros juguetes una muñeca; desde las que nos invitan al simulacro de la maternidad hasta las que muestran un modelo de mujer independiente con un guardaropa infinito y accesorios imprescindibles. 

De trapo, papel, madera o plástico; de factura  industrial o artesanal, como las que elaboran las mujeres de comunidades otomíes y mazahuas que se han organizado para hacerlas en cooperativas y día a día permanecen y dan identidad a esta ciudad. 

Simpáticas muñecas que nos hablan de sus creadoras a través de sus colores y atuendo.  Como las más de 500 que conforman la colección de María Esther Zuno de Echeverría, quién en la década de 1970 acercó prototipos de vinil a artesanos mexicanos de todo el país para que los vistiesen con trajes indígenas y mestizos, conformando una documentación etnográfica importante de factura exquisita que engalanaba la residencia presidencial en aquella época.




Una historia diferente nos cuentan Lucha y Victoria, muñecas de trapo que, junto con otros 300 modelos simbolizaron el dolor y la impotencia ante la tragedia del sismo de 1985 que afectó a la ciudad de México. Fueron creadas por un grupo de mujeres costureras damnificadas de los talleres de San Antonio Abad,  que se solidarizaron para salir adelante; vendían estos productos y dieron vida al Sindicato de Costureras "19 de septiembre".

     
muñeca de Montserrat de 23 años
En otro matiz encontramos una anécdota sobre las muñecas de cartón que muestran pierna y escote "atrevido" y llevan escrito en el pecho un nombre de mujer. Según ésta historia formaban parte de la decoración de alguna Casa de citas en la ciudad de México, y a cada chica del lugar le correspondía una muñeca, si estaba exhibida significaba que la dueña se encontraba disponible.

Juanita, Rosita, Lupita como se conocen estas artesanías en la ciudad, aún se producen en Guanajuato y han sido parte de los juguetes de algunas niñas contemporáneas. Como la tía de Rosario que según su estado de ánimo pintaba la cara de su muñeca de cartón. 


Esta es la idea que rescata el proyecto Miss Lupita, un taller donde se intervienen estos objetos y luego se muestran los resultados en una pasarela. Los participantes dan forma a un personaje que se convierte en un testimonio plástico del autor, quién reconoce su capacidad creativa y se apropia del proyecto involucrando a amigos y familiares en la valoración de una producción manual.

En 3 talleres se han producido 70 muñecas, cada una con su particular historia. Historias de mujeres de cartón con sueños y esperanzas.  

Por la pasarela rosa han desfilado rumberas, sirenas, luchadoras, rockeras, damas de la noche, personajes de inframundo, cantantes, bailarinas y diosas;  homenajes a mujeres de las letras y las artes mexicanas pero sobre todo, homenajes a mujeres de la vida cotidiana. 

pasarelas Miss Lupita 2010 y 2011




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