"Imaginar Lupitas hasta el infinito"


Por Celina Salvatierra

La reconocida artista María Eugenia Chellet visitó el taller que se está desarrollando en el Centro Cultural Casa Talavera. Su presencia allí tuvo un especial significado porque las muñecas hechas por Chellet inspiraron el presente proyecto.

Con gran disposición la performancera visitó el centro cultural del CH, donde mantuvo una charla de aproximadamente hora y media con 25 asistentes del taller, y compartió sus opiniones sobre la tradicional esencia de las Lupitas y la posibilidad de volver a imaginarlas hasta el infinito.


Había llegado al encuentro con un álbum de fotos, con cinco muñecas hechas por ella misma y con anécdotas con las que atrapó a su auditorio. Así recordó que la posibilidad de hacer juguetes de cartón un día dejó de interesar a los hijos de los artesanos, lo que se conjuntó con el ingreso a México de juguetes de otros lugares. Por esto, hizo hincapié en que las lupitas son “juguetes hechos con cariño, que se vuelven objetos de valor" en una relación entre autor y su obra lo que quedó evidenciado cuando habló de las muñecas que había traído consigo. 
Una de ellas respondió a la estética Pierrot, y otras a estereotipos tales como la sobrecargo, la policía, o la mesera, y comentó que también en el pasado hizo “floras” como las más tradicionales, y una serie de “animalia”, compuesta por cebras, guacamayas y tigras hasta llegar a las robóticas. Explicó además que había querido conservar su esencia por lo que descartó el uso de telas para crear atuendos, que se trazaron siguiendo sus propios bocetos sobre el cartón. 
También se interesó en los nuevos personajes que se están haciendo en Casa Talavera y que se exhibirán al público el 19 de marzo: entre otras, una lupita centauro, un lupito, y una muñeca que es homenaje a la poeta Guadalupe Amor.


Su trabajo con Lupitas

Con un contrato del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CONACULTA), esta multifacética artista viajó por el sureste de México impartiendo talleres de muñecas. También fue autora de una colección de 20 de ellas para el mismo organismo, la que se exhibió en distintos lugares del país. “Me preocupaba mucho que la tradición se transmitiera, y que los chavos y las chavas se interesaran. Que ellos aprendieran y le tomaran amor al juguete para que siguieran haciéndolos”, expresó y también celebró que este proyecto esté dando continuidad a ese deseo, con el nuevo aporte de “imaginar las Lupitas hasta la quimera”.
En el encuentro, también se le preguntó cómo le gustaría que continuara este homenaje al juguete popular mexicano del que ella ha sido parte importante.
“No lo he pensado. Yo soy romántica y me gustaría decir que me gustaría que los artesanos se interesaran en prolongar la vida de las lupes de aquí en adelante y que sus hijos siguieran interesadísimos en esto en vez de ver televisión pero sabemos que eso es un sueño”, contestó.
Por su parte Carolina Esparragoza, coordinadora del proyecto Miss Lupita, expresó que le interesa compartir con la gente; señaló cómo y en qué medida su iniciativa ha generado un ida y vuelta con los artesanos de Celaya, e indicó que los talleres que se inspiren en esta propuesta deberían ser gratuitos, garantizar exposiciones y otorgar los créditos correspondientes.



"MISS" acertado
Además Chellet consideró que el nombre Miss Lupita es “super acertado” ya que tiene un toque de ironía, porque “las pasarelas son para muñecas como las Barbies, como estereotipos neumáticos de las modelos infladas”.
Cambio de mentalidad
Chellet quiso saber si en esta tercera edición del taller alguien estaba haciendo la versión masculina de las muñecas y la respuesta fue afirmativa ya que Fernando Flores está realizando el primer “Lupito”. Esto dio pie para comentar que en los 90s los hombres no se interesaban en participar, a diferencia de lo que ocurre ahora con una presencia importante del género masculino en el taller. Ante esto, la artista destacó que ha cambiado la mentalidad de los mexicanos, que están más interesados en expresarse con este tipo de actividad. En el pasado, -dijo-, “sólo las señoras y los niños eran quienes asistían a los talleres”.


Sellado con un performance
La performancera recordó entre otras cosas, que cuando sus muñecas no resultaron premiadas en un concurso del juguete popular, decidió hacer una pieza a la que llamó “La pira” en la que quemó cascos de lupitas. “Me pareció un grave error de parte de los organizadores que no escogieran un juguete tan arraigado en México y con una propuesta de autor. Me resultó increíble que fuera pasado por alto; la falta de cultura, el ninguneo”, dijo.  “La pira”, fue en la Casa del Lago del Bosque de Chapultepec, en 1993.

Las Lupitas reflejan emociones, según Chellet